Hoy para el almuerzo ordenamos comida en
el restaurante donde comimos el desayuno. Lo que paso es que llevó una hora y
media en llegar entonces mientras esperábamos a la comida ordenamos unas pizzas
porque pensamos que iban a llegar antes de la comida que ordenamos. Nos dijeron
que la pizza iba a llegar en veinte minutos pero terminó llegando unos cuarenta
minutos más tarde justo cuando nos estábamos subiendo al colectivo. En el
colectivo me comí la pizza con Meg y para cuando llegué a la Rinconada ya no
quedaba más pizza. Al otro día a eso de la dos de la mañana me desperté con un
dolor de estómago insoportable. Desde la dos de la mañana hasta las ocho de la
mañana no pude dormir porque siempre estaba yendo al baño. A las ocho decidí no
ir a clase y dormí hasta las dos de la tarde. Cuando me desperté hablé con mi
mamá y me dijo que no era el único que se enfermó. Fue en ese momento que me di
cuenta que fue esa maldita pizza que me enfermó.
Lauren y yo vinimos a nuestra casa a una pizza grande para la cena esta noche. ¡AYÚDEME!
ResponderBorrarEse mismo día cuando regresamos a Santiago de Las Terrenas, después de comiendo dos pizzas de Casa Azul, mi mami pidió una pizza para la cena también. No más pizza para mí tampoco.
BorrarJAJAJA. Tuve que reírme. Perdón! Imagino que ustedes no pueden ver más pizza...
ResponderBorrarNo... por lo menos hasta que me vaya de la Republica Dominicana. Cuando vuelvo a los Estados Unidos es cuando pienso que puedo volver a comer pizza.
BorrarProfesora, tienes suerte porque cuando estábamos en la guagua comiendo pizza, te ofrecí mi ultimo trozo de pizza. Afortunadamente eres tan decida y dijiste simplemente «no gracias». Si sólo todos que comieron esa maldita pizza dijeran no gracias...
BorrarNo. No mas pizza.
ResponderBorrarPobrecitos!
ResponderBorrarMe gusta pizza es una lástima que tuve que ser pizza… :(
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