jueves, 5 de junio de 2014

Una rebelión pequeña en contra al cabalgar



No me gustó cabalgar al Salto de limón por varias razones. Primero, no sentía bien en la chapa. Siempre estaba saltando un poco con cada movimiento con el caballo. Las chapas estaban vibrando ciertamente. También, no me gustó la manera en que la gente de la compañía trataba a los caballos. Sí, es interesante como las culturas diferentes estiman a los animales en maneras diferentes. Todavía para mí es difícil aceptar el maltratamiento de los caballos. Entonces, para rebelarnos, Meg, Michael, Fede, Audrey y yo empezamos una revolución de cabalgar. Decidimos caminar el camino entero para regresar al restaurante. No creo que esta rebelión hiciera mucho para el futuro de los caballos, o sea no creo que tendremos un efecto como las hermanas Mirabal, pero valía la pena moralmente para nosotros.

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