Nuestra visita a la escuela de Los Niños con una
Esperanza fue la experiencia más satisfactoria y significativa que yo he tenido
en la República Dominicana hasta ahora.
Me rompe el corazón al presenciar un grupo de individuos que tiene que
aguantar condiciones de vida insoportables, pero al mismo tiempo, también es
increíble que una organización como esta existe en un área agobiado por la indigencia.
En camino a la escuela, me tomó por
sorpresa la severidad de la pobreza que se enfrenta esta comunidad. Antes de que fuimos a la escuela, yo sabía
muy poco sobre la organización o su fundación, así que aquí es un poco de historia
y un resumen de nuestro día.
La escuela de Los Niños con una Esperanza fue fundada en 2005 por el
Pastor Pablo Ureña. Ubicada en la comunidad de Santa Lucía, Cienfuegos (justo
al oeste de Santiago), la misión principal de la organización es proveer atención
y esperanza a los niños y niñas que, por razones económicas, no pueden ser
atendidos por los padres. Cienfuegos es el sitio del Vertedero Rafey, en donde
se transporta toda la basura de Santiago. El Vertedero Rafey provee trabajo
para casi toda la comunidad, pero también es la causa de la pobreza extrema que
existe allí. El trabajo es muy peligroso
y tóxico, paga casi nada, y frecuentemente involucra la explotación laboral
infantil. Muchos de los niños que trabajan en el vertedero son susceptibles de
adoptar el mismo estilo de vida que sus padres, y algunos también se involucran
con el tráfico de drogas, abuso del alcohól, y la prostitución.
(La verdad del vertedero) |
Cuando Pablo
Ureña llegó por primera vez en Cienfuegos en 2003, le sorprendió ver la
cantidad de niños que trabajaban en el vertedero, cientos de los cuales habían
sufrido abuso sexual o habían recurrido a comer de la basura por falta de otras
fuentes del alimento. Decidido a cambiar la situación de esta comunidad, Ureña
creó la organización con la intención de proporcionar a los niños con la
esperanza de un futuro mejor y un medio de escapar de un ciclo devastador de la
pobreza. En todo el tiempo que lleva laborando, NCUE ha recibido más que 700
niños, y por ahora, la escuela tiene 300+ estudiantes entre las edades de 5-17.
Se les suministra a los estudiantes el desayuno, el almuerzo, la merienda, y
materiales escolares, además de trabajar con los niños en áreas de aprendizaje
espiritual, nivelación académica, y crecimiento personal.
Yo he trabajado
muchas veces con niños de bajos recursos, pero nunca me había relacionado con
niños de este nivel de pobreza y marginalidad. A pesar de circunstancias que
son imposibles de comprender completamente por personas privilegiadas como
nosotros, ellos son algunos de los niños más entusiastas y esperanzados que yo
he conocido: niños que tienen sueños de ser médicos, abogados, y maestros. Sus caras
se iluminaron cuando llegamos y nos recibieron con abrazos y sonrisas genuinas.
Después de hacer un tour de la escuela, nos dividimos en dos grupos y alternábamos
entre jugar con los niños y palear/acarrear cubos de rocas. Me divertí mucho
interactuar con los niños (aunque todavía estoy un poco molestada de perder un
partido de baloncesto) y me habría gustado quedar más tiempo.
Para lo pequeño
que estos niños tienen en sus vidas, la gran cantidad de pasión y amor que
tienen en sus corazones es verdaderamente asombrosa. Esta organización aspira a
retirar a los niños de trabajo infantil, aceptarlos en la escuela, y proveerlos
un espacio para que ellos puedan aprender otros hábitos que no aprendían en el
vertedero. Las trabajadores maravillosas de NCUE crean un ambiente positivo
para los niños y inculcan en ellos una esperanza unificada para un futuro mejor.
A pesar de que sólo visitamos durante dos horas, mi experiencia en NCUE fue
ambos gratificante y muy reveladora. Me gustaría emplear más tiempo allí, pero
no puedo esperar a que regresemos en dos semanas para pintar las paredes de la
escuela.
"Ellos también tienen el derecho a triunfar." |
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ResponderBorrarEsto está muy bien escrito! Me sentí lo mismo cuando vi por primera vez la ciudad y la severidad de la pobreza. Estoy de acuerdo que la organización tiene efectos increíbles en las personas de la ciudad, especialmente los niños. Es casi una segunda casa para proteger los niños. No puedo esperar para regresar!
ResponderBorrarAww gran "blog" Haley! Esta excursión era muy sentimental para mí también. He hecho viajes misioneros antes y realmente es imposible no enamorarse de los niños. Me siento tan mal que se encuentren en las situaciones que están pero aprecio que NCUE está haciendo su mejor esfuerzo para darles lo que necesitan para tener éxito in la vida. Creo NCUE es un gran programa y que va a ayudar a muchos niños en la ciudad de Cienfuegos.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo, Haley. La visita a la escuela abrió mis ojos. Como he dicho algunas veces, he visto la pobreza en Chicago y en Gary y obviamente en Bloomington. Pero esto era un tipo de pobreza sin precedentes. Un nivel completamente diferente. Y aunque los niños tenían tanta alegría y energía, no podía sacar de cabeza la tristeza y tragedia de sus situaciones. Pero tampoco podía dejar de pensar en los esposos Ureña que hicieron esta escuela. Son verdaderos ángeles.
ResponderBorrarNo pude entender los niños bien, porque todos hablaban al mismo tiempo, pero son una inspiración. Me alegro que esta organización existe para ayudarlos. Es un grupo de niños muy animados, divertidos, y curiosos.
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